miércoles, 10 de junio de 2009

De la Nada

...
Primer barrendero ¿Desnudos? ¡Ves, lo sabía, ya me está doliendo la cabeza! ¿Cómo que desnudos?
Segundo barrendero ¡Desnudos! Desnudos por fuera, pero vestidos por dentro, con el alma vestida…
Primer barrendero ¡El alma vestida! Caray, qué frase tan bonita. Tengo que acordarme…¿qué quiere decir?
Segundo barrendero Te lo explico en dos palabras. Tú, por ejemplo, ¿te sientes alguien?
Primer barrendero ¡Qué cosas dices! Si soy barrendero… qué quieres que me sienta…
Segundo barrendero Exacto, no te sientes alguien, sino nadie, nada en resumen… ¿pero acaso no es la nada el principio de todo, o sea lo absoluto? Pero lo absoluto, como dice Platón, es Dios, por lo tanto tú eres Dios…
Primer barrendero ¿Yo?
Segundo barrendero ¡Sí, tú!
Primer barrendero Anda ya… lo dices porque te caigo simpático… pero espera a conocerme bien… te han contado una trola y te la has creído.
Segundo barrendero ¡Dichoso tú que no entiendes nada! Ves, a ti se te podría poner cualquier traje: de rey, de bufón, de soldado, de cura… desnudo o de frac, seguirás siendo tú mismo, un barrendero, o mejor, ni siquiera un barrendero, nadie, porque no eres nadie y por lo tanto todo…
Primer barrendero Y como el todo es Dios, como dice Platón, soy Dios…
Segundo barrendero ¡Bravo! Veo que por fin has comprendido.
Primer barrendero Sí, sí, no es tan difícil de entender. Pero dime una cosa, ¿el
papa sabe que soy Dios?
Segundo barrendero ¿El papa?
[…]
Extraído de la pieza teatral El hombre desnudo y el hombre de Frac. Farsa en un acto. Recogida en el libro de Dario Fo, “No hay ladrón que por bien no venga y otras comedias”

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